Sandhamn x CondéNast Traveler.

En octubre de 2020 estiré un viaje de trabajo a Suecia para explorar un poco – era mi primera vez allí.  También era mi primer viaje al extranjero desde que el 13 de marzo interrumpiéramos una producción para volver de Iguazú, temiendo que nos cerraran las fronteras (acertamos, al día siguiente no salió nuestro vuelo).

Y quizá uno pensaría que, tras seis meses de semi-encierro, habríamos preferido quedarnos en Estocolmo donde, en aquel momento, todo era muy 2019. Nadie con mascarilla, bares y clubs abiertos, falsa sensación de seguridad hasta el punto de compartir vaso con gente que conociste esa noche… un buen flashback a tiempos ¿mejores? Diferentes, seguro.

Precisamente, creo que por eso terminamos en Sandhamn, una isla minúscula de cien habitantes al este del archipiélago de Estocolmo. Una hora de bus y otra de ferry para llegar a este pedazo de roca, arena y pinos; treinta minutos se tarda en cruzarlo andando por cualquiera de los senderos que atraviesan el pinar. Un lugar tranquilo, especialmente fuera de temporada: un restaurante, un club náutico, casitas de madera desperdigadas por el bosque y una capilla. Michael Blomqvist, el protagonista de la saga Millenium, tenía una casa de veraneo allí (esto es relevante porque es de las pocas cosas -aunque sea ficticia- que han ocurrido en la isla). Sandhamn es lo que creo que muchos necesitamos: un poquito de paz mental.

Además, la luz es una pasada en Escandinavia. Deformación profesional, supongo, pero es algo que siempre me llama la atención cuando viajo. Ryszard Kapuscinski, que también era muy de fijarse en cómo cambia la luz en cada lugar, decía que en África ecuatorial el sol aparece en el cielo, como si lo catapultaran allí cada mañana. Aquí, en otoño el sol se eleva solo a unos treinta grados sobre el horizonte en su punto alto y se levanta despacio, tranquilo, asomando poco a poco y proyectando sombras alargadas durante todo el día. Es curioso porque, viniendo de otras latitudes, estas variaciones de luz cambian notablemente nuestra percepción del tiempo. Sí, avanza, pero con otro ritmo, mucho más lento, más sereno.

Supongo que se ha escrito mil veces y probablemente mejor, pero hay algo que engancha en esto de vivir despacio. En realidad, perfecto para 2020: el año en que las semanas parecieron meses, los meses años y los atardeceres (aquel día, por lo menos) infinitos.

Sandhamn x CondeNast Traveler
Sandhamn x CondeNast Traveler
Sandhamn x CondeNast Traveler
Sandhamn, Sweden
Sandhamn, Sweden
Sandhamn, Sweden
Sandhamn, Sweden
Sandhamn, Sweden

Photography: Pablo Curto